Su corteza y aceites esenciales se pueden utilizar para tratar diferentes trastornos digestivos como: gastrointestinales, distensión abdominal y flatulencias. No obstante, también ayuda en los casos de ardor o dolor d estómago y náuseas.
Además, hay estudios que afirman que puede ayudar a evitar acumulación de una proteína llamada ‘’proteína tau’’ que causa Alzheimer.
A pesar de todos sus beneficios, también hay que tener en cuenta lo contrario:
Habíamos comentado sobre la toxina ‘’cumarina’’ en el artículo anterior. Gracias a esta, hay riesgos en su consumo ya que tienen efectos secundarios, tales como:
- Fallos renales.
- Enfermedades en el hígado.
- Daño pulmonar.
Por ello, no se considera recomendable su uso en niños menores de dos años, personas que estén en cuidados con tratamientos anticoagulantes orales (pudiendo aumentar su efecto) y otras complicaciones como inflamación de la mucosidad bucal o dificultades respiratorias.
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