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martes, 27 de diciembre de 2016

La importancia del calcio.

El calcio que se encuentra en alimentos como los lácteos, pescado, huevos... tienen una serie de funciones fisiológicas para el cuerpo humano. Estas son las siguientes:


- Formación de tejido óseo y dental (es la más conocida).
- Actúa como transmisor de estímulos (sinapsis) y ayuda a regular la frecuencia cardíaca.
- Inicia reacciones enzimáticas como la fosforilasa A2.
- Mantiene la permeabilidad de las membranas celulares.
- Es mediador de la constricción y relajación de los vasos sanguíneos.
- Ayuda en la coagulación sanguínea.
- Influye en la secrección hormonal y favorece a la contracción muscular.

Por ello, hay que mantener los niveles de calcio equilibrados, porque un desequilibrio daría lugar a una serie de patologías como:

Raquitismo, osteomalacia, retraso en el crecimiento, osteoporosis y la descalcificación.



No obstante, también puede ayudar a salir a la luz a enfermedades neuromusculares como:
- La tetania, que se caracterizan por sensaciones musculares extrañas (hormigueos, entumecimiento...).
- Trastornos nerviosos, que provocan angustia, agresividad, insomnio, dolores de cabeza.
- Contracciones, convulsiones, calambres...

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